La toma de decisiones es una habilidad esencial para los líderes en cualquier etapa de sus carreras, pero puede ser particularmente desafiante para aquellos que están en crecimiento en roles de liderazgo. Adentrarse en un rol de liderazgo conlleva desafíos únicos, siendo uno de los más intimidantes la toma de decisiones.
Esta tarea, esencial para el éxito de cualquier equipo u organización, se torna especialmente compleja para los líderes emergentes. ¿Por qué es tan desafiante tomar decisiones al principio? Vámonos por partes, ya que te voy a compartir mi los factores que me han impactado en la toma de decisiones, donde seguramente más de alguno también te habrá impactado a ti.
La forma de tomar decisiones es influenciada por nuestra educación y cultura
Cuando hablamos de tomar decisiones, tanto la cultura como la educación tienen un papel crucial. La cultura en nuestro entorno nos da un conjunto de normas y valores que guían nuestras decisiones. Por ejemplo, en una empresa, la cultura puede influir en cómo la gente decide actuar y qué comportamientos se premian. ¡Imagínate eso en una empresa tóxica!
Por otro lado, la educación también moldea cómo tomamos decisiones. No se trata solo de lo que aprendemos en la familia y en los libros, sino de cómo desarrollamos habilidades y valores a lo largo de nuestra vida. Esta educación nos enseña a pensar de manera crítica, a analizar situaciones y a tomar decisiones bien fundamentadas. Por eso es muy importante para los que somos padres de familia, el fomentar e inculcar la toma de decisiones a nuestros hijos según su edad, con nuestra asesoría y supervisión.
El Peso de la responsabilidad y la presión
Cuando empezamos en un rol de liderazgo a menudo nos enfrentamos a una presión abrumadora al tomar decisiones. Esta responsabilidad puede generar ansiedad, especialmente cuando las consecuencias de cada decisión parecen cruciales para el éxito del equipo y de la organización. La conciencia de que cada elección puede tener un impacto significativo y genera un temor comprensible a cometer errores. Esto nos pasa cuando no estamos preparados para un rol que no asignan y que con la marcha tenemos que vernos forzados a tomar decisiones a la brava.
Falta de experiencia y la incertidumbre
Sin un historial de decisiones previas en roles de liderazgo, carecemos de la confianza necesaria para tomar decisiones asertivas. Esta falta de experiencia se traduce en incertidumbre, haciendo que incluso las decisiones más triviales parezcan desafiantes.
Muchas veces imaginamos las cosas más complicadas de lo que son y a veces se nos cierra el mundo. Pareciera que las decisiones fuera más fáciles agarrando una moneda, lanzándola al aire y adivinar si es cara o cruz (sello o águila como decimos en México). ¡Me pasó tantas veces esto!
Superación del miedo a fallar
El temor a cometer errores puede ser paralizante cuando somos nuevos. Es crucial adoptar una mentalidad de crecimiento (Growth Mindset), donde los errores se ven como oportunidades de aprendizaje y no como fracasos catastróficos. Esta perspectiva fomenta la resiliencia y la confianza en la toma de decisiones. Cómo me acuerdo de la frase: ¡Psss… estás chavo! Y pues sí, a veces somos muy nuevos para el rol en el que estamos, pero eso no significa que no podamos aprender y lograr grandes resultados.
Reflexión
Para aprender a tomar decisiones es fomentar el pensamiento crítico y la confianza en uno mismo. Es importante evaluar todas las opciones disponibles, considerando sus ventajas y desventajas. También es clave aceptar que el error es parte del aprendizaje y que cada decisión, ya sea correcta o incorrecta, es una oportunidad para crecer. Además, buscar retroalimentación y consejo puede ser útil, pero al final, confiar en el propio juicio es esencial. Practicar la toma de decisiones en situaciones de bajo riesgo puede ayudar a construir confianza para enfrentar decisiones más significativas.
Nunca olvides que somos seres humanos y que cometemos errores, que es parte de nuestro aprendizaje el caernos por tomar caminos incorrectos, lo importante es que te sacudas el polvo, te levantes, limpies las heridas y a seguir adelante…
